El Ciclo de Conversión de Efectivo (CCE) es una métrica financiera que mide el tiempo que una empresa tarda en convertir sus inversiones en inventario y cuentas por cobrar en efectivo. El CCE es una medida importante porque indica la eficiencia con la que una empresa administra su flujo de efectivo y sus recursos operativos.
Fórmula
CCE = Período Promedio de Inventario + Período Promedio de Cuentas por Cobrar – Período Promedio de Pago a Proveedores
En esta fórmula, el «Período Promedio de Inventario» se refiere al tiempo promedio que la empresa tarda en convertir su inventario en efectivo, el «Período Promedio de Cuentas por Cobrar» se refiere al tiempo promedio que tarda en cobrar a sus clientes y el «Período Promedio de Pago a Proveedores» se refiere al tiempo promedio que tarda en pagar a sus proveedores.
Ejemplo
Supongamos que una empresa de software SaaS tiene un Período Promedio de Inventario de 30 días, un Período Promedio de Cuentas por Cobrar de 45 días y un Período Promedio de Pago a Proveedores de 60 días. Al aplicar la fórmula del CCE, obtenemos lo siguiente:
CCE = 30 + 45 – 60 CCE = 15 días
Esto significa que la empresa tarda en promedio 15 días en convertir sus inversiones en inventario y cuentas por cobrar en efectivo. Un CCE bajo indica que la empresa está administrando su flujo de efectivo de manera efectiva y eficiente, lo que puede ser una señal de buena gestión empresarial. Por otro lado, un CCE alto puede indicar que la empresa está tardando demasiado en cobrar a sus clientes o en pagar a sus proveedores, lo que puede ser una señal de problemas de flujo de efectivo.
Recomendación
El principal objetivo de este indicador es analizar la eficiencia con la que una empresa administra su capital de trabajo. Similar a otros indicadores financieros, mientras más corto sea el ciclo de conversión de efectivo muestra que la empresa puede recuperar el dinero invertido en la producción de mercancía rápidamente.
Como mencionamos anteriormente, un buen ciclo de conversión de efectivo depende la industria a la que pertenece la empresa, por ello, es un buen hábito comparar este resultado con el de tu competencia y, así, analizar en qué se puede mejorar o qué puedes hacer para seguir con un buen ciclo.